Durante el siglo XIX para una mujer era prácticamente imposible lograr un grado académico. Matilde Montoya tuvo que obtener un permiso especial de Porfirio Díaz para que la dejaran presentar su examen de titulación en medicina en 1887. En la actualidad, el 64% de la matrícula de la Facultad de Medicina de la UNAM está conformada por mujeres.

El techo de cristal, como se le denomina en los estudios de género a la limitación de un ascenso profesional a las mujeres por estigmas sociales, permanece. Aunque en las distintas carreras que se desarrollan en el área de las ciencias, la presencia femenina va en aumento, su desarrollo profesional como investigadoras en los niveles más altos aún es muy bajo.

Para especialistas en temas de género y las mismas científicas se debe apoyar por igual la idea de maternidad-paternidad como un ejercicio con derechos y responsabilidades compartidastanto en las políticas de estado como en los microcosmos individuales que no limiten el acceso a estudios de posgrado o cargos de mayor responsabilidad.