Frente al cambio climático, la sostenibilidad de los cultivos dependerá en gran medida del conocimiento que surge a través de una nueva generación de especialistas que busca entender mejor aspectos básicos de las plantas, como crecimiento, reproducción, supervivencia y mejor uso de los recursos naturales. Lograr definir los mejores momentos de riego y con las cantidades adecuadas, se traduce en ahorro de agua, menos costos de producción y aumento de la calidad de los vinos.

La disponibilidad de agua, además de otros retos que suman las variaciones climáticas y meteorológicas a las que se enfrenta el planeta, será la clave para el crecimiento de la industria vitivinícola que en nuestro territorio concentra más del 80% de su producción en los siguientes valles de Ensenada: Guadalupe, San Vicente, Ojos Negros y Santo Tomás.

En México, especialistas del CICESE hacen investigaciones para optimizar algunas técnicas que contribuyan a incrementar la sustentabilidad de la agricultura en regiones semiáridas, como la llamada agricultura de precisión. Para esto emplean nuevas tecnologías como el uso de vehículos aéreos no tripulados, cámaras multiespectrales, estudios de suelo y mediciones de parámetros como el potencial hídrico (estrés hídrico) de las plantas, entre otros.