AMIGO DE CAMPEONES


Sebastían García Méndez - Universo Deportivo / EL UNIVERSAL

Boxeador de corazón, pulquero por convicción. Es el resumen de la vida de Epifanio Leyva Ortega, un ex pugilista oriundo de la colonia Santa María la Ribera, en la delegación Cuauhtémoc, que tuvo un paso efímero por los cuadriláteros.

La falta de constancia y el “chupe” lo alejaron del deporte de los puños, ya como profesional.

A sus 80 años, el dueño de La Hija de los Apaches, famosa pulquería situada en la colonia Doctores, recuerda que desde niño le gustó pelear, que el barrio donde creció lo obligaba a defenderse de los más grandes para no convertirse en el “barco” de los abusivos. Así fue como surgió su amor por el boxeo.

Su acercamiento a este deporte no fue lo que se esperaba. Sin embargo, el “Pifas”, como es popularmente conocido, encontró en el pugilismo grandes amistades con boxeadores como Rubén “Púas” Olivares, Ultiminio Ramos, Pipino Cuevas y Humberto “Chiquita” González, entre otros.

La Hija de los Apaches sigue siendo el punto de reunión para los ex pugilistas, quienes hace unos años todavía se reunían cada 15 días para compartir pulque, cerveza y anécdotas.

“Le digo compadre, no tenemos compadrazgo de grado, pero sí por amistad, que es más fuerte. Él es muy educado. No es el boxeador borracho que pintan, se lo imaginan tirado, pero eso es por la fama que le hicieron los Polivoces”, expresa Epifanio Leyva al preguntarle sobre el “Púas” Olivares.

Una de las anécdotas que más recuerda el “Pifas” en compañía de Rubén es cuando se las ingeniaron para meter pulque al Palacio de Bellas Artes, en la presentación del libro sobre la vida de Rodolfo “Chango” Casanova, peleador nacido en León, Guanajuato, y quien fuera ídolo del pugilismo mexicano entre los años 1932 a 1944.

“Fuimos a la presentación del libro del ‘Chango’ Casanova a Bellas Artes, pero iban a dar vino, nosotros nos preguntamos cómo iban a dar eso sí él había sido pulquero. Le dije a mi compadre [‘Púas’ Olivares] que se fuera por otra entrada, de esa manera llamaría la atención de aquel lado. Y resultó: mientras la gente y seguridad se fueron con Rubén, yo metí un garrafón de pulque a escondidas, cuando nos descubrieron, ya se había acabado todo”, comenta entre risas el mandamás de La Hija de los Apaches.

La próxima reunión entre amigos del mundo boxístico será en abril en ese mismo restaurante para celebrar el santo de “Pifas”, quien cumple 81 primaveras el 1 de ese mes.

Luego de su retiro de los cuadriláteros y metido en el ambiente pulquero, Epifanio Leyva se convirtió en miembro de la Asociación Mutualista de Ex Boxeadores de la República Mexicana, organización que se encarga de apoyar a los peleadores retirados que se encuentran en complicada situación económica.

“Yo estaba a cargo del departamento de Organización y Propaganda; organizábamos fiestas y me encargaba de vender boletos, hacer rifas y de esa manera conseguir fondos para la Asociación. En aquel entonces el presidente era Marcial Galicia, medallista de bronce en los Juegos Panamericanos de México 1955”.

Bajo la presidencia de Galicia, la asociación logró recaudar 16 millones de pesos, monto más grande que se logró juntar en la historia del organismo.

Leyva Ortega, quien fuera considerado como uno de los pulqueros más longevos de la Ciudad de México, estuvo como miembro de la mesa directiva de la Asociación Mutualista aproximadamente 55 años; actualmente asiste a los eventos y colabora con sus compañeros, pero únicamente como socio.

Con la nueva administración de la de la Asociación, los problemas comenzaron a surgir, situación que no gustó a varios integrantes, entre ellos el “Pifas”, quien optó por abandonar la organización ante el descuerdo con las nuevas políticas que se adoptaron.

“Ahorita somos como 15 integrantes nada más, porque lo que hizo este cuate [Martín Bravo] fue dividir a la Mutualista. Él creó una nueva empresa; cambió el nombre y la Asociación ya está valiendo madre”, sentencia Epifanio Leyva.

CRITICA A PÚGILES DE LA ACTUALIDAD


El “Pifas” afirma que hay escasez de ídolos, porque ya no se dan con todo

Testigo de grandes peleas en la época de oro del boxeo mexicano, Epifanio compara los combates y peleadores de antes con los de la actualidad. Asegura que los pugilistas de ahora parecen todo, menos boxeadores.

“El boxeo se ha convertido en pura mercadotecnia. En la actualidad ya no hay ídolos de a de veras, ahora difícilmente bajan con cortes en la cara. Parecen artistas”, comenta “Pifas”.

Decenas de peleadores ha visto pasar Leyva Ortega, pero sólo dos se han convertido en sus grandes ídolos: Rodolfo el “Chango” Casanova y José “Toluco”’ López. Este par de deportistas se volvieron referentes del boxeo nacional para el dueño de una de las pulquerías más famosas de la Ciudad.

El manager Arturo “Cuyo” Hernández, miembro del Salón de la Fama del Boxeo Internacional en Canastota, Nueva York, es recordado por “Pifas” como uno de los grandes personajes del boxeo nacional.

Con relación a la pelea que sostendrán Saúl “Canelo” Álvarez y Julio César Chávez Jr. el próximo 6 de mayo, asegura que ambos peleadores se han enfrentado a puros rivales “pichoncitos” y considera que será una pelea mala.

“Cuando pelean bueno con bueno, surge una gran pelea; cuando pelea malo con bueno, está dispareja, pero cuando pelean malo con malo puede que salga una pésima pelea”, comenta entre risas.

Para Epifanio sólo existe una “pelea del siglo”, y es la que sotuvo Efrén el “Alacrán” Torres, ante el tailandés Chartchai Chionoi.

“Esas eran verdaderas peleas del siglo. Ninguno de los boxeadores se guardaba algo. La madriza que se dieron en esa pelea fue inolvidable”, señala Leyva Ortega.

Desde que tomó las riendas de La Hija de los Apaches en 1970, Epifanio Leyva asegura que ha querido hacer de ese espacio un lugar cultural.

“Queremos que este negocio sea un espacio cultural. Esta ‘pulcata’ es para los jóvenes, para que se den a conocer o se la pasen bien”.

La pulquería es una de las más reconocidas en la Ciudad de México y no sólo por el pulque que se consume ahí. En ella se han llevado a cabo presentaciones de libros o firmas de autógrafos y discos de varios artistas.

“Dejamos que bandas se den a conocer aquí, hacemos firmas de discos, presentaciones de libros y hasta escenas de películas se han grabado aquí”, afirma el dueño del mítico inmueble.

"A Bellas Artes"


Una vez metí un garrafón de pulque, cuando lo descubrieron, ya se había acabado

UNA EMBOLIA LO ALEJA DE SUS GUSTITOS


Peleas, mujeres y pulque era la combinación perfecta hace unos años para Epifanio Leyva Ortega; sin embargo, con el paso del tiempo, y por cuestiones de salud, esa combinación se ha modificado.

“Ya no puedo tomar, desde que me dio la embolia me cuido más. Mis hijas me dicen que sí andaba bien madreado; ¿pelearme? No pues menos; ¿las mujeres? Esas sí, las que vengan todavía, comenta entre risas el “Pifas”.

El 5 abril del año pasado (dos días antes de su santo), sufrió una embolia que lo dejó varios días en el hospital. Su pareja en ese entonces, una señora de Veracruz, lo abandonó y quedó bajo los cuidados de sus dos hijas, mismas que se encargan de atender la barra de La Hija de los Apaches.

“Cuando estaba en el hospital, escuché que me llevaría año y medio volver a caminar. Yo dije: ni madres, cómo tanto tiempo. Salí, me compraron una andadera y un bastón, sólo utilicé un tiempo el bastón y ahora veme”, platica orgulloso el ex pugilista.

La mezcla perfecta comienza a quedar en el pasado.