Por: Jazmín Palma
Convivir con personalidades como Mark Zuckerberg y Barack Obama es una de las mejores experiencias que Justino Mora ha tenido gracias al DACA, beneficio que obtuvo al pertenecer a la primera generación de dreamers.
Al igual que Sor Juana Inés de la Cruz, es oriundo de San Miguel Nepantla, Estado de México. En entrevista con EL UNIVERSAL, narra que llegó a Los Ángeles, California, cuando tenía 11 años, junto con su madre y sus dos hermanos, con quienes huyó de la pobreza y violencia doméstica de su padre. “Mi mamá se dio cuenta que si queríamos una vida mejor teníamos que escapar a Estados Unidos. Cruzamos a través de un túnel, caminamos por varias horas, no podíamos ver nada, pero lo que me impactó fue llegar acá, porque en México escuchaba que era la tierra de las personas libres y eso no es así. Las minorías, básicamente personas que no son blancas y ricas, tiene menos oportunidades y derechos”, afirma.
Con tono de molestia, este joven de 27 años, recuerda los episodios de bullying que sufrió junto con sus hermanos, lo que complicó su adaptación a una cultura nueva. “De ser los mejores estudiantes de nuestra escuela pasamos a no saber ni el idioma y nos afectó mucho. Éramos ‘los mojados’ y pensaba que ellos no conocían las razones por las que venimos”. El enfado por esta discriminación fue su principal motivo para sobresalir en el colegio.
Sin embargo, cuando concluyó la preparatoria supo que sus planes de estudiar una carrera universitaria serían truncados por su estatus migratorio, pues no podía acceder a los apoyos gubernamentales. “Obtuve las mejores calificaciones pero eso no importaba porque no podía ir a la universidad. Ese momento fue lo que me impulsó a involucrarme en el tema de migración y me dije 'no puedo mirar esta batalla y esperar que otras personas luchen por mis propios derechos y dignidad'”.
Por eso ahora, ante la amenaza del actual mandatario estadounidense, Donald Trump, de abrogar DACA, este dreamer dice a otros jóvenes que “no se den por vencidos, es nuestro turno de llevar la antorcha, no nos tenemos que dar por vencidos porque Trump está de presidente. Nuestros padres han pasado por cosas más difíciles”.
Justino es uno de los siete dreamers que, junto con sus familias, y tras obtener DACA, convivió con el entonces presidente Barack Obama, en 2013, para compartir sus historias e intercambiar opiniones sobre la tan anhelada reforma migratoria.
De este encuentro, el graduado en Ciencias Políticas y Computación en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), recuerda que a Obama “le recordamos sobre su récord de deportaciones, que DACA no era suficiente y tenía que luchar por una reforma migratoria y si eso fallaba tenía que encontrar la manera de proteger no sólo a los soñadores sino a sus familias”.
Seis meses después, en una convocatoria para un hackathon conoció al creador de Faceboook y con el apoyo de dos amigos creo la app Push4reform que ayuda a los usuarios a conocer a su congresista y contactarlo por correo electrónico, redes sociales y teléfono. “En cuanto le presentamos la idea a Mark le gustó mucho porque es útil, son pocas las personas que realmente conocen a su representante”.
En diciembre pasado, junto con sus dos hermanos volvió a México, gracias al permiso que DACA concede. Acepta que fue un proceso emocional muy difícil. “Regresé con mis hermanos a la Patria pero mi mamá, la que sacrificó más que nosotros, no pudo hacerlo”.
En este viaje, Justino recordó su infancia, las tradiciones, fiestas patrias, los antojitos mexicanos. Platicó con la familia toda la noche y visitó dos de las zonas más turísticas del país: Xochimilco, en la Ciudad de México, y Teotihuacán, Estado de México.
Para Justino, DACA representa una victoria de la comunidad inmigrante y piensa que si se cancela “quien queda mal es Trump, no la comunidad porque este país dice que respeta los derechos humanos, al quitarlo señalaría que esto no es así. Obviamente va doler poquito porque nos costó, nos va a afectar. Podemos ayudar a que sea un país mejor”.
Llegó a Los Ángeles, California, cuando tenía 11 años.
Graduado en Ciencias Políticas y Computación por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA)
Es uno de los siete dreamers que convivió en 2013 con el entonces presidente Barack Obama.
Justino Mora es un joven de 27 años que estudió en la UCLA y ante la amenaza de que DACA sea abrogado dice “no nos demos por vencidos”
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